La semana pasada se conoció información ligada a la muerte por tuberculosis de Leandro Sosa Lucarelli, un preso de la cárcel de San Rafael, por lo que se llevaron a cabo diversas medidas preventivas. Sobre este tema dialogó con FM Vos (94.5) y con Diario San Rafael el doctor Alfredo Morán, titular del Programa Provincial de Tuberculosis.
Sosa Lucarelli había presentado problemas de salud complejos, y falleció el 23 de noviembre, tras pasar 26 días detenido en calidad de “procesado”. La autopsia reveló que la causa de la muerte fue tuberculosis, lo que disparó diversas alarmas en la cárcel y en el sistema de salud, quedando aislados los 64 internos que habían estado en contacto con el occiso, y se los testeó.
Primeramente, aclaró que la tuberculosis “no es una enfermedad que haya desaparecido de Mendoza, de Argentina ni del mundo en ningún momento, y esto implica que todos los años hay nuevos casos de tuberculosis, por supuesto que algunos son más leves, otros más moderados y otros más severos como en el caso de este paciente, pero la tuberculosis sigue siendo un problema de salud pública, es una enfermedad prevalente que durante la pandemia, como otras enfermedades, se vio colapsada por este fenómeno de covid, pero ahora estamos teniendo casos como lo veníamos trayendo en etapa pre-pandemia”. “En este caso, se trata de una comunidad cerrada como denominamos nosotros, cuando son grandes grupos de personas las que conviven en un mismo lugar, y que por lo tanto, el riesgo de contagiarse de tuberculosis cuando hay una persona enferma es mucho mayor que si no estuviesen conviviendo permanentemente”, dijo.
Para que alguien se contagie de esta enfermedad, se necesita un mínimo de exposición cercana de cuatro horas por día, en un lapso no menor a 15 días, lo cual obviamente se cumple en una comunidad cerrada, aunque no así cuando uno está en la calle y tiene un contacto que puede ser estrecho pero que no alcanza a cubrir la cantidad de horas que se requieren para el contagio. “En este caso, lo que se hace es determinar si todas estas personas convivientes son contactos estrechos. Si lo son, se inician todos los estudios para ver si están con tuberculosis o si esta exposición al bacilo de la tuberculosis (que transmite por las gotitas de saliva al estornudar o toser), ha generado una infección (que no es lo mismo que enfermedad), porque puedo tener el bacilo pero no haber desarrollado la enfermedad”, puntualizó.
De hallarse la enfermedad, se les deberá aplicar tratamiento a todos los pacientes, el cual consiste en medicamentos con cuatro drogas durante cuatro meses, y luego dos drogas durante dos meses. El médico aclaró que la tuberculosis no sólo afecta a los pulmones, sino que éstos son una suerte de “puerta de ingreso” al organismo, pudiéndose alojar en cualquier órgano. Si el bacilo está en más de un órgano, entonces el tratamiento podría demorar hasta un año.
