En un clima de creciente tensión, el Gobierno Nacional se pronunció enfáticamente contra el gobernador de Chubut, Ignacio Torres, calificando su amenaza de cortar el suministro de petróleo y gas como un «ataque a todos los argentinos». La disputa escaló a niveles de acusaciones mutuas, exacerbando la relación ya tensa entre la administración central y las provincias.
El vocero presidencial, Manuel Adorni, fue el encargado de transmitir la posición del Gobierno durante una conferencia de prensa celebrada este lunes. Adorni no escatimó críticas, describiendo la medida propuesta por Torres como «extorsión» y resaltando la gravedad de afectar el suministro de combustibles.
«Independientemente de su practicabilidad, el cortar el combustible o tener esa intención no es un ataque al Gobierno nacional, sino a todos los argentinos», subrayó Adorni. La declaración apunta a situar la disputa en un contexto más amplio, sugiriendo que las acciones de Chubut tendrían consecuencias negativas para el conjunto del país.
El vocero también expresó su escepticismo sobre la capacidad de Torres para gestionar la situación de manera adecuada. Con un tono irónico, Adorni señaló que «es evidente» que el gobernador «no ha tenido tiempo de chequear su casilla de mail o no está bien asesorado, con gente de experiencia». Esta referencia al intercambio de correos electrónicos entre el ministro del Interior, Guillermo Francos, y Torres, difundido en redes sociales, busca cuestionar la coherencia y la eficacia de las decisiones de la provincia patagónica.
El Gobierno Nacional advirtió que no permitirá más «caprichos de ninguna índole» y aseguró que tomará medidas para garantizar el suministro de combustibles en todo el país. La retórica en ambos lados sugiere un panorama político tenso, con potenciales repercusiones en la relación entre el Ejecutivo central y otras provincias argentinas. La resolución de este conflicto se presenta como un desafío crucial para la estabilidad y la colaboración intergubernamental en el país.