Nueve de cada diez familias que viven en barrios populares consideran que sus hijos e hijas tienen mayores posibilidades de conseguir empleo si terminan el secundario. Además, sostienen que es importante profundizar la enseñanza de oficios, idiomas y actividades vinculadas con el mundo del trabajo.
Los datos surgen de una encuesta realizada por el Observatorio Argentinos por la Educación junto a Secretaría de Integración Socio Urbana del Ministerio de Desarrollo de la Nación. Según esta encuesta realizada a 540 familias, la educación sigue siendo valorada positivamente, sobre todo en cuanto al futuro laboral de sus hijos e hijas.
«Según el ReNaBaP (Registro Nacional de Barrios Populares en Proceso de Integración Urbana), se considera barrio popular a los barrios vulnerables en los que viven al menos 8 familias agrupadas o contiguas, donde más de la mitad de la población no cuenta con título de propiedad del suelo ni acceso regular a dos o más de los servicios básicos, como red de agua corriente, red de energía eléctrica con medidor domiciliario y/o red cloacal. Este registro se creó para la regulación de los mismos. En cuanto al informe sobre ‘¿Qué esperan de la educación las familias de los barrios populares?’, puedo decir que se centró en 24 barrios populares y de diferentes provincias. Allí se hizo esta encuesta en aquellas familias que tienen hijos en la escuela secundaria y primaria», explicó, Paulina Calderón, exministra de Educación de San Luis e integrante de Argentinos por la Educación.
«En el mes de junio, se encuestó a 540 familias. El dato a resaltar de este informe, es que casi el 90 % de ellas tiene una gran expectativa sobre la escuela, puesto que la perciben como un lugar que te brinda la posibilidad de ascender socialmente. Sostienen que a través del estudio, se puede conseguir un trabajo bien remunerado. Muchas familias contestaron que mandan a sus hijos a la escuela ‘para que sean alguien en la vida’. Que el colegio sea visto de esa manera es, sin dudas, algo muy positivo. La institución escolar no debe perder ese valor o ese significado social», agregó.
«Por otra parte, se hizo hincapié acerca de la demanda que tienen las familias sobre los establecimientos educativos de gestión estatal. «Ante esto, el 35% señaló que la infraestructura de la escuela a la que asiste su hijo/a se encuentra en condiciones regulares, mientras que el 50% afirmó que está en buenas condiciones. El 13% restante percibe malas condiciones. A su vez, se precisó que la institución escolar elegida era por una cuestión de cercanía al domicilio. La infraestructura estuvo muy bien valorada, aunque manifestaron problemas en la calefacción y en los baños», amplió Calderón.
También, precisó que en muchas de estas instituciones educativas funcionan comedores y/o se entregan viandas a los estudiantes. «La mayoría de los alumnos solo recibe una comida liviana en la escuela (desayuno o merienda). En primaria, solo el 10,4% de los estudiantes que van 4 horas o menos, reciben almuerzo, mientras que ese porcentaje aumenta a 62,1% en el caso de los que van más de 4 horas. En el nivel secundario, los reportes señalan que reciben almuerzo el 25,2% de las y los que asisten 4 o menos horas, y el 25,9% que asisten más de 4 horas», puntualizó la integrante de Argentinos por la Educación.
Por otra parte, se expresó en relación a la deserción escolar. «En este informe no se trató esa problemática, pero sí se analizó en los anteriores. De hecho, hubo un seguimiento de la trayectoria escolar después de la pandemia. De 100 chicos, solo 16 habían terminado en tiempo y forma con los contenidos debidamente aprendidos. La realidad del país es muy compleja, el 50 % de los chicos no termina el secundario. Las causas de esta deserción son múltiples, falta de apoyo o búsqueda de trabajo, entre otras», aseveró Paulina Calderón.
