Para dar con una tubería Peter Allan, de 50 años, realizó un agujero en el piso de una vivienda de Edimburgo (Escocia) y hallo el envase de whisky que había sido enterrado.

«La habitación mide 10 pies por 15 pies (3 x 4,5 metros) y corté exactamente alrededor de la botella sin saber que estaba allí. No puedo creerlo. Estaba moviendo un radiador y corté un agujero al azar para encontrar tuberías y ahí estaba, no sé qué pasó», contó a BBC.
El plomero esperó a que llegar la dueña del domicilio -quien reside ahí junto a su esposo y sus dos hijos- para leer el mensaje.
Primero intentaron retirar la nota con pinzas y alicates pero empezó a estropearse, por lo que decidieron romper la botella con un martillo.
La nota, firmada por dos trabajadores, decía: «James Ritchie y John Grieve pusieron este piso, pero no bebieron el whisky. 6 de octubre de 1887».

«Quien encuentre esta botella puede pensar que nuestro polvo está soplando a lo largo del camino», añadía el escrito.
Para continuar con esa «tradición», la dueña de la casa decidió volver a enterrar otra botella con un nuevo mensaje en el mismo lugar.