Fueron muy pocos los electores que optaron por votar en horas tempranas de la mañana. El frío acobardó a la mayoría.

Arrancaron las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorios (PASO) en Mendoza y si bien el frío acobardó a los electores, algunos decidieron salir de casa temprano para votar y así continuar con su rutina dominical.
Sin tener que hacer fila, los primeros en llegar a las urnas lo hicieron con mucho abrigo: gorros, bufandas, guantes y doble camiseta fueron algunas de las prendas que se seleccionaron para sufragar.

“Sabía del frío y, y anoche opté por dejar a mano una bufanda tejida con mis propias manos, en un telar casero”, comentó Miguel Ángel, el primer votante de la escuela Arístides Villanueva.

Por su parte, fueron varios los fiscales y presidentes de mesa que celebraron la implementación de la Boleta Única, ya que a diferencia de años anteriores, pudieron permanecer dentro de las aulas y, en la mayoría de los casos, con calefacción.

“Este año el trabajo será diferente, al menos mucho más llevadero. Debuto como vicepresidenta de mesa y es un placer hacerlo en estas condiciones”, dijo Paloma, una joven de 19 años.
A cumplir con el deber cívico y las obligaciones laborales
Nicolás y Leonardo fueron dos de los muchos trabajadores que se acercaron desde temprano a votar, no porque les gustara madrugar, sino porque ambos tenían que cumplir con sus obligaciones laborales.
Leonardo se desempeña en una empresa de Seguridad y necesitaba votar temprano, ya que su compañero le hacía “el aguante” hasta las 9.

“Esta vez me tocó madrugar y justo la escuela abrió tarde por la ausencia de presidentes de mesa, pero por suerte ya voté y ahora disparando al trabajo”, expresó.
Nicolás de 21 años estaba en las mismas condiciones. El joven se desempeña como delivery y si bien su horario de ingreso era a las 10, prefirió votar bien temprano para luego desayunar y enfrentar el día.

Si bien tenía conocimientos de la metodología con la Boleta Única pidió asesoramiento para no cometer errores, pese a que sabía que tenía chances de solicitar una boleta nueva en caso de equivocarse.
Menú calórico, para todos los gustos
Mientras las elecciones transcurren, los presidentes y fiscales de mesa son asistidos por diferentes personas que les acercan algo caliente para tomar, incluso, se ocupan de su almuerzo y merienda.
Así es como para el desayuno las autoridades podían optar entre un té, un café con leche o simplemente un café, la bebida va acompañada por una torta o factura.

Luego, en horas del mediodía, recibirán empanadas y para el almuerzo existen varios menús.
“Tenemos preparadas viandas para vegetarianos (verduras o tarta) celíacos y para el resto carne a la masa”, anticiparon en la escuela Lemos, de Godoy Cruz.
Pese al menú ideado, algunos prefirieron llevar su propio equipo de mate y así afrontar la jornada.
“No pienso ponerme nervioso y espero que la gente venga con ganas de realizar una buena elección. Que todo fluya”, dijo uno de los tantos fiscales que tras la ausencia del presidente de mesa tuvo que asumir el rol.

Lo novedoso y lo complicado
La implementación de la Boleta Única no sólo permitió que las autoridades de mesa permanezcan dentro de las aulas, sino que para poder agilizar la votación, los electores pueden votar de manera simultánea, algo celebrado por ellos mismos.

Por otro lado, la mayoría de los presidentes de mesa aseguraron que el tamaño de la Boleta Única complicaba un poco el trabajo, sobre todo, porque tienen que cortarla mediante una línea troquelada que no siempre daba los resultados deseados.
“Hemos tenido que anular varias boletas porque al momento de cortarlas se nos rompía. Realmente el sistema es un poco engorroso y se complica aún más cuando la demanda es mayor, pero habrá que tener paciencia”, explicó una de las autoridades.

Cafetero expectante
Una de las quejas que se escucharon en las puertas de los colegios fue la ausencia de cafeteros. “La vez que los necesitamos no vienen”, manifestaron varios votantes.
Sin embargo, en plena calle San Martín de Ciudad se encontraba con su bici Ramón Manchento, un trabajador que hace dos años arrancó en el rubro y que aseguró que le ha ido bastante bien.
“Arranqué a las 5.30, pero después de las 8 comenzó el movimiento. Por suerte me está yendo muy bien y tengo confianza que venderé los 12 termos que traje”, expresó mientras servía un café a un cliente que pasaba por la zona.

Las secuelas del Zonda, presente
Otros que desde muy temprano arrancaron a trabajar en las calles de la Ciudad fueron los empleados municipales que, a tres días del Zonda que azotó al Gran Mendoza, aún siguen levantando las hojas que quedaron desparramadas por las calles.

“Comencé a las 6 y estoy hasta las 14. Mucho trabajo, pero lo llevamos bastante bien. Me abrigué demasiado, pero con el correr de las horas ya uno comienza a sacarse los abrigos”, comentó Pablo.
fuente:el sol