Se esperan medidas para afrontar la situación. Sergio Massa apura las negociaciones con el FMI y busca la aprobación de un desembolso de 6.700 millones de dólares antes de que finalice julio.

El Gobierno afronta una nueva semana compleja en materia de pagos de deuda externa, ya que deberá afrontar dos vencimientos en moneda extranjera durante esta semana por un total de 2.000 millones de dólares, de los cuales 1.300 corresponden al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y 700 a bonistas.
De esta manera, las reservas netas del país se encuentran en 5.000 millones de dólares en negativo y, luego de estos pagos, podría alcanzar los 7.000 millones, aseguraron especialistas en la materia.
Esto además le suma presión a los dólares paralelos y financieros, ya que el Gobierno no tiene prácticamente poder de fuego para enfrentar alguna corrida.
Según analistas de la city porteña, la última vez que las reservas netas alcanzaron un negativo tan abultado fue en diciembre de 2015, cuando llegaron a estar en 3.500 millones en negativo y estiman que en la gestión de Alberto Fernández podrían llegar a los 15.000 millones.
Por este motivo, Sergio Massa apuró las negociaciones con el staff del FMI, el cual aprobaría un desembolso de 6.700 millones de dólares antes de que finalice julio, pero exigió una serie de medidas para garantizar el envío de dinero, que están vinculadas principalmente al atraso cambiario.
Como Massa se resiste a una devaluación, es posible que haya un nuevo dólar soja. Otra posibilidad es un desdoblamiento cambiario en los servicios (turismo, software y otros), una suerte de “devaluación” segmentada, pero implicaría una suba de la brecha cambiaria y un impacto inflacionario.