Una fotografía muestra al juez Fernando Martínez y a la fiscal del caso, Mónica Fernández Poblet, compartiendo una celebración. Los defensores de los imputados podrían utilizarla como prueba para recusar a ambos funcionarios.

Una foto que trascendió en las últimas horas podría sacudir nuevamente la causa que investiga al humorista Juan Antonio Cacho Garay por maltratos, amenazas y abusos sexuales con su ex pareja, Verónica Macías Bracamonte.
Pero la imagen no corresponde a una situación ligada a los hechos que fueron denunciados en expediente, sino a quienes dos funcionarios judiciales que desempeñan un importante rol dentro de la instrucción.
Se trata de una selfie tomada por el juez Federico Martínez, del Juzgado Penal Colegiado Nº 1, quien fue recientemente designado para controlar el proceso. El magistrado ocupó el lugar que dejó su par Alejandra Mauricio, quien se inhibió en la causa por sus diferencias con la nueva fiscal del caso, Mónica Fernández Poblet.

Justamente, en la fotografía, Martínez aparece acompañado por la representante del Ministerio Público que reemplazó a Daniel Carniello, apartado del expediente luego de ser recusado por los abogados que representan a Macías.
Si bien ya existía en los pasillos del Polo Judicial un rumor acerca de la relación de estrecha amistad entre la fiscal y el juez, la imagen que muestra a ambos sonrientes y compartiendo un momento en alguna celebración, le da fuerza a esa versión.
Fuentes allegadas a la causa que fueron consultadas por El Sol señalaron que la foto ya llegó a las manos de los defensores de ambos imputados y estarían analizando utilizarla como prueba para recusar a ambos funcionarios.
En caso de que eso suceda, será el propio juez Martínez quien deberá definir si corresponde apartarse del expediente que investiga al reconocido humorista mendocino.
Por lo pronto, este viernes a las 8.30, el magistrado de primera instancia ventilará la resolución con respecto a los pedidos de prisión preventiva contra la ex empleada de la Legislatura Sandra Astudillo Stafollani, denunciada como partícipe de las vejaciones, y la revocación de la detención domiciliaria de Garay, formulados por Fernández Poblet y la querella.
Garay fue detenido a mediados de abril, luego de que Macías se presentó ante la Justicia y lo denunció por amenazas con armas de fuego. Posteriormente, la situación del comediante se fue complicando a partir de las distintas declaraciones que fue sumando su ex pareja.
Por eso, el humorista está imputado por amenazas simples, amenazas agravadas por el uso de arma, coacciones simples, coacciones agravadas por el uso de armas, robo simple, tenencia ilegal de armas de fuego de uso civil (dos hechos), abuso sexual con acceso carnal en un número indeterminado de hechos, abuso sexual doblemente agravado por ser con acceso carnal y por ser cometido por dos personas y con el uso de armas en un número indeterminado de hechos, privación ilegítima de la libertad agravada por ser cometida contra una persona a la que se debe respeto particular en un número indeterminado de hechos y desobediencia a una orden judicial, todo ello en concurso real y en contexto de violencia de género.
Mientras que su presunta cómplice, Astudillo, enfrenta acusaciones por abuso sexual doblemente agravado por ser gravemente ultrajante y por ser cometido por dos personas y con el uso de armas en un número indeterminado de hechos, todo en concurso real y en contexto de violencia de género.