A un paso de prisión: la Corte confirmó la condena contra seis penitenciarios por torturas en San Felipe

La Sala Segunda rechazó los recursos de casación de las defensas y dejó firme la pena de 10 años que recibieron todos los guardias por el hecho ocurrido en junio del 2010, que llegó a la Corte Interamericana de Derechos Humanos. El futuro del caso.

Algunos de los penitenciarios durante el juicio que se celebró en el 2019.


La Sala Segunda de la Suprema Corte de Justicia confirmó este jueves la condena de 10 años de cárcel que recibió un grupo de penitenciarios que integraban el llamado “Escuadrón de la muerte” por torturar a un interno en la cárcel de San Felipe de Ciudad. Lo hizo luego de rechazar los recursos de casación de las defensas.

Los hechos ocurrieron a principios de junio del 2010 y tuvieron trascendencia internacional, debido a que los guardias registraron con un teléfono celular los castigos físicos y psíquicos que sufrió el preso William Walter Vargas durante más de una hora.

Además, el caso alcanzó a la Corte Interamericana de Derechos Humanos después de una denuncia de los abogados Sergio Salinas y Lucas Lecour, en representación de la Asociación para la Promoción y Protección de los Derechos Humanos, Xumek.

Con esta resolución a la que accedió El Sol, firmada por los ministros Omar Palermo, José Valerio y Pedro Llorente, los seis penitenciarios hallados culpables en el debate desarrollado nueve años después de los hechos en el Tribunal Penal Colegiado Nº1, identificados como Germán Orlando Núñez Aciar, Luis Alejandro D’Ambrossio Orozco, José Alejandro Arredondo Ahumada, Jonathan Edgardo Bizaguirre Moreno, Edgardo Yoel Quero Rey y Daniel Adrián Perón González, quedaron a un paso de volver a la cárcel.

Fuentes judiciales explicaron que todos los condenados, quienes además fueron inhabilitados de por vida para ejercer cargos públicos, tienen un corto plazo para intentar evitar el encierro: diez días para presentar un recurso extraordinario para que el caso sea analizado por la Corte nacional.

Sin embargo, el recurso debe ser aceptado por el máximo tribunal de Justicia local, que habilitó la feria para hacerlo. Si las defensas obtienen un rechazo como respuesta, es más que probable que se ordene la inmediata detención de los sentenciados.

Entre otros argumentos que fueron rechazados por la Suprema Corte, las defensas cuestionaron que algunos guardias no participaron de las torturas, la calificación legal, la autoría de quien registró los maltratos con el celular, que no se tuvieron en cuenta o no recibieron la valoración necesaria algunas declaraciones durante el juicio y hasta plantearon que no se logró identificar a Vargas como la víctima de los hechos, discutiendo hasta lo que declaró ante las partes.

Los maltratos que sufrió Vargas hace más de 13 años.

Todo filmado

Las torturas que sufrió el joven que por aquellos días tenía 19 años ocurrieron la madrugada del 07 de junio de 2010 en el Complejo II San Felipe de Mendoza. Durante aproximadamente una hora, después de las 0.45 de la madrugada, un grupo de varios agentes penitenciarios perpetraron actos de violencia contra el interno, quien se encontraba privado de su libertad en el módulo cinco, sector A. Todas las agresiones fueron registradas por el teléfono celular que tenía Perón González.

Según los informes que recibió y estudió la Justicia, mientras el interno Vargas permanecía arrodillado en el suelo, con sus brazos esposados detrás de su espalda e incluso atado a una ventana, los agentes Núñez Aciar y Bizaguirre Moreno lo sujetaron y golpearon sin piedad. Asimismo, el suboficial ayudante Arredondo Ahumada y Quero Rey se unieron a la agresión durante varios minutos, propinándole patadas y golpes al preso.

Para la Justicia, Perón no sólo registró la violenta escena con un celular, también participó en los maltratos. Por su parte, D’Ambrossio presenció toda la situación y también se unió a los actos de violencia contra el recluso.

Los penitenciarios también se mofaron de Vargas mientras se encontraba esposado: “¡Se le ve el poto!”; “¡la ratita que boconea al personal!”; “¡está atado como un perro!”; “¡salta violeta!, ¡salta violeta!”; “¡el bocón de los milicos!”; y ¿por favor, pidió?“, fueron algunas de las frases que se escucharon durante los maltratos.

Meses después de los hechos, cuando recuperó la libertad en febrero del 2011, Vargas aseguró que no se estaba frente a hechos aislados, como sostenía el Ejecutivo por aquellos días. Luego de abandonar los Tribunales Federales (estaba privado de la libertad por una causa por drogas), señaló que los guardias se hacían llamar “San la Muerte” y que por las noches los maltratos eran constantes. “Sólo cerraba los ojos y le pedía a Dios que me dejaran de pegar”, relató frente a su familia.

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