Mendoza cuenta con una serie de lugares para distenderse, hacer deportes y comer algo sabroso. Pero a estos sitios también se puede ir a almorzar o cenar sin ser socios del club.

Juntarse después de un partido o entrenamiento en el buffet o cantina del club es un clásico, un momento para distender, relajar y seguir disfrutando del deporte. Tomarse una gaseosa, comer algo mientras se reponen energías es un clásico de estos sitios tan concurridos.
Con los años esta tradición dio paso al crecimiento de espacios gastronómicos más amplios y aparecieron las famosas cantinas, parrillas o bodegones, ya no sólo abiertas para los socios, sino convocantes al público en general. La mayoría abren todo el día, y muchas veces no hace falta pedir reservas, basta con llegar y ocupar una mesa.
En Mendoza, han ganado terreno afuera de los clubes tradicionales y ocupan espacios abiertos con jardines y piscinas o bien en casonas antiguas con estilo. Por ejemplo, en Chacras hay varias casas que se convirtieron en un punto gastronómico, aprovechando no solamente la construcción de las viviendas sino los bosques, la cercanía con las bodegas y viñedos.
Pero lo que más se valora en estos lugares es que ofrecen comidas bien caseras, tradicionales, con una cocina variada, que puede incluir desde una milanesa a la napolitana con papas, carne a la olla o platos más elaborados.
Como gran parte de la gastronomía, también las cantinas han sufrido y sufren los avatares de la economía del país. Pero, a pesar de todo, ahora parecen vivir un revival, ya que la mayoría ofrece precios accesibles y de antemano está asegurada una porción abundante y la buena preparación.
Estas son algunas cantinas tradicionales, que también se las conoce como restaurantes en algunos casos.
Del tenis al plato
El Mendoza Tenis Club, Boulogne Sur Mer 520, ciudad, cuenta con una cantina abierta para todo el público. El lugar se renovó y ahora abrió en marzo, se llama Nole y se puede visitar de martes a domingo de 11 a 0.
Ofrece platos a la carta y un menú los sábados y domingos, que incluye entrada (normalmente una empanada), plato principal que puede ser pastas, carne, matambre a la pizza, entre otras opciones. El precio por persona es de $3.500 (la bebida es aparte).
Si la idea es comer una hamburguesa, hay que pagar $2.000. Las milanesas (comen dos personas) rondan los $2.900. Hay que tener en cuenta que los domingos por lo general hay que ir con reserva, debido a la demanda que tienen. Y vale aclarar que los precios pueden variar, por la economía del país.
Un clásico del Parque
El Club Mendoza de Regatas es la institución deportiva por excelencia del Parque General San Martín. Sus miles de socios y deportistas conforman una gran familia, que utilizan su restaurante, creado en 1909, como un lugar referente para las juntadas y los festejos.
El lugar es muy especial porque se encuentra pegado al lago y a la ciclovía del Parque. Sus ventanales ofrecen vistas muy atractivas, mientras se come y comparte un buen plato.

Hay para todos los gustos, por ejemplo:
- Provoleta individual con tomates asados, $3.100.
- Pescados y mariscos: rabas, $3.100; langostinos $4.800; filet de merluza $3.100
- Una ensalada cuesta alrededor de $3.100.
- Ofrece la opción del menú de martes a viernes al mediodía, excepto feriados. El precio es de $3800 e incluye postre, copa de vino o gaseosa y plato principal
- El menú de sábados y domingos, cuesta $5.500 e incluye entrada, plato principal y postre. Con bebida el precio asciende a $7.500.
- Además, se puede pedir una milanesa napolitana por $4.200 y entre los recomendados figura el flan casero con crema o dulce de leche, a $900.
- Una picada para compartir cuesta $3.100; un lomo terraza (comen dos), de pan árabe, jamón, queso, tomate y huevo, cuesta $4.000.
- Se puede ir a desayunar, almorzar o tomar la mediatarde, y está abierto de martes a domingo de 9 a 23.
Club y cantina en microcentro
Todos los conocen y hablan bien del famoso restaurante del club Gimnasia y Esgrima (Gutiérrez 261, entre Patricias y España). El espacio tiene toda la onda de un bodegón y para llegar hay que pasar por los pasillos de la histórica institución deportiva.
Su comida casera de elaboración propia es el fuerte. Hay menú del día y una variada carta. Está abierto a todo el público, por lo que no hace falta ser socio para degustar sus platos.
El menú cuesta unos $2.700 e incluye plato principal, entrada, postre (helado, dulce y queso, ensalada de frutas), copa de vino o agua saborizada. Hay opciones fijas, por ejemplo, martes y jueves se sirve merluza y los miércoles pastas. Los viernes siempre el menú es variado.