En un escenario impregnado de historia y simbolismo, el presidente argentino Javier Milei y el Sumo Pontífice, Papa Francisco, protagonizaron un encuentro significativo durante la ceremonia de canonización de «Mama Antula» en la majestuosa Basílica de San Pedro, en el Vaticano.

El primer contacto entre ambos líderes se dio brevemente en la antesala del evento, pero fue después de la misa cuando la reconciliación se manifestó públicamente. El Papa se aproximó a Milei para intercambiar palabras y fundirse en un abrazo emotivo, marcando así un hito tras meses de intensas confrontaciones durante la campaña electoral.
Este encuentro simboliza un punto de inflexión en las relaciones entre Milei y Francisco, después de las disculpas ofrecidas por el presidente argentino y la posterior invitación del Santo Padre a una audiencia oficial. Estos gestos allanaron el camino para un acercamiento que se materializó en la canonización de «Mama Antula».
Previamente a la ceremonia, Milei y Francisco sostuvieron un encuentro reservado, al margen del protocolo oficial, demostrando distensión y cordialidad entre ambos líderes. Este momento privado, minutos antes del inicio de la misa, se convirtió en un precedente para el abrazo público que seguiría.
El presidente argentino llegó al Vaticano acompañado por una comitiva oficial que incluía a la canciller Diana Mondino, la ministra de Capital Humano Sandra Pettovello, el ministro del Interior Guillermo Francos y la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei. La presencia de líderes políticos y una delegación de empresarios argentinos encabezada por Daniel Funes de Rioja, titular de la UIA, subraya la importancia del evento.

Durante la ceremonia, el presidente Milei interactuó con los argentinos presentes en la primera fila de la Santa Sede, compartiendo selfies y dialogando con ellos antes del inicio del ritual eucarístico. Este gesto no solo fortaleció la conexión con sus compatriotas, sino que también agregó un toque de cercanía y autenticidad al evento.
La culminación de la ceremonia llegó con las solemnes palabras del Papa Francisco: «Declaramos y definimos santa a la beata María Antonia de Paz y Figueroa y la inscribimos en el catálogo de los santos», marcando un hito significativo en la historia religiosa argentina y latinoamericana.

El encuentro en el Vaticano entre Milei y Francisco no solo quedará en la memoria de los asistentes, sino que también puede señalar el inicio de una nueva etapa en las relaciones entre el gobierno argentino y la Iglesia Católica, mostrando que la reconciliación y el entendimiento pueden prevalecer incluso en momentos de intensa discordia.