En un reciente reportaje televisivo, la vicepresidenta Victoria Villarruel expuso una serie de discrepancias con el presidente Javier Milei en temas clave como el rol de los militares, los sueldos de los legisladores y la nominación de pliegos para la Corte Suprema. Estas declaraciones arrojan luz sobre las tensiones y matices dentro del gobierno.

Una de las primeras discrepancias abordadas por Villarruel fue su desacuerdo con la propuesta de que los militares intervengan en Rosario para combatir el crimen narco, en contraposición a la sugerencia de la ministra Patricia Bullrich. La vicepresidenta enfatizó que el papel de las Fuerzas Armadas no es el combate contra civiles, recordando episodios oscuros de la historia argentina donde este tipo de intervención condujo a resultados nefastos.
Otro punto de divergencia se manifestó en la defensa de los aumentos salariales para senadores y diputados, una medida que fue posteriormente revertida por decisión de Milei. Villarruel argumentó que los legisladores deben recibir un salario acorde a la importancia de sus funciones para evitar susceptibilidades a la corrupción, subrayando que «la corrupción es parte de una identidad en la Argentina». Este posicionamiento sugiere una visión distinta sobre la relación entre remuneración y corrupción en el ámbito legislativo.
Además, la vicepresidenta expresó su disconformidad con haber quedado fuera de la influencia en Defensa y Seguridad, una asignación que fue concedida a Bullrich y Petri. Aunque Villarruel afirmó respetar esta decisión, dejó claro su desagrado con la situación.
En lo que respecta a los pliegos para la Corte Suprema, Villarruel mostró cierto rechazo hacia la nominación de Ariel Lijo, recordando su actuación en la causa Rucci y sugiriendo cierta expectativa en torno a la vacante de una mujer en el máximo tribunal. Estas opiniones revelan un análisis crítico por parte de la vicepresidenta sobre las designaciones judiciales.
En cuanto al proceso legislativo y la relación con Milei, Villarruel defendió la necesidad de mantener la institucionalidad y el poder deliberativo del Senado, haciendo referencia al debate sobre un mega DNU anunciado por el presidente en diciembre. Aunque reconoció diferencias con Milei, destacó que ambos se complementan, delineando un equilibrio entre temperamentos y estilos de liderazgo.
Estas discrepancias entre Villarruel y Milei subrayan la complejidad y la diversidad de opiniones dentro del gobierno, evidenciando la importancia del debate y la negociación en la construcción de políticas públicas.