
Después de la publicación de este artículo, el presidente Donald Trump impuso los aranceles del 50 por ciento contra Brasil con los que había estado amenazando.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, está indignado.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está intentando controlar a su nación de 200 millones de habitantes, dijo en una entrevista, mientras utiliza como amenaza la imposición de aranceles del 50 por ciento. Y, sin embargo, dijo Lula, Trump hace caso omiso de las gestiones de su gobierno para dialogar.
“Tengan la seguridad de que estamos tratando esto con la mayor seriedad. Pero la seriedad no exige sumisión”, dijo el presidente brasileño. “Trato a todo el mundo con gran respeto. Pero quiero que se me trate con respeto”.
Lula concedió el martes su primera entrevista a The New York Times en 13 años, en parte porque quería hablar con el pueblo estadounidense sobre su frustración con Trump.
Trump ha dicho que, a partir del viernes, planea imponer aranceles del 50 por ciento a los productos brasileños, en gran parte porque las autoridades brasileñas han acusado al expresidente Jair Bolsonaro de intentar aferrarse al poder tras perder las elecciones de 2022.
Trump ha calificado el caso de “cacería de brujas” y quiere que se descarte. Lula dijo que eso no era negociable. “Tal vez no sepa que aquí, en Brasil, el poder judicial es independiente”, dijo.
En la entrevista, Lula dijo que el presidente estadounidense está violando la soberanía de Brasil.
“En ningún momento Brasil negociará como si fuera un país pequeño frente a un país grande”, dijo. “Conocemos el poder económico de Estados Unidos, reconocemos el poder militar de Estados Unidos, reconocemos el tamaño tecnológico de Estados Unidos”.
“Pero eso no nos hace tener miedo”, añadió. “Nos hace estar preocupados”.
Quizá no haya ningún líder en el mundo que desafíe al presidente Trump con tanta firmeza como Lula.
El presidente de Brasil —un político de izquierda en su tercer mandato, quien posiblemente sea el estadista latinoamericano más importante de este siglo— ha contraatacado a Trump en discursos por todo Brasil. Sus páginas en las redes sociales se han llenado de manera repentina de referencias a la soberanía de Brasil. Y ha empezado a llevar una gorra que dice “Brasil pertenece a los brasileños”.
El martes dijo que estaba estudiando la posibilidad de implementar aranceles de represalia contra las exportaciones estadounidenses si Trump cumplía sus amenazas. Además, dijo que si los disturbios del 6 de enero de 2021 en el Capitolio de Estados Unidos hubieran ocurrido en Brasil, Trump estaría siendo procesado penalmente al igual que Bolsonaro.
“Para nosotros, el Estado de derecho democrático es algo sagrado”, dijo en una sala elevada envuelta con un tapiz colorido en el palacio presidencial modernista, donde los emús deambulan por el césped. “Porque ya hemos vivido dictaduras, y no queremos más”.
La Casa Blanca no respondió a una solicitud de comentarios.
Trump tiene a Brasil en su mira para ayudar a su aliado Bolsonaro. Sus aranceles propuestos del 50 por ciento serían de los gravámenes más elevados que ha impuesto a algún país, y parecen ser los únicos impulsados por razones abiertamente políticas y no económicas.
Trump ha dicho que ve su propia batalla legal en el proceso penal de Bolsonaro.
Trump y Bolsonaro —dos políticos con estilos políticos muy similares— perdieron ambos la reelección y después ambos negaron haber perdido. Sus esfuerzos posteriores por socavar la votación culminaron con turbas de sus partidarios asaltando los edificios de las capitales de sus países, en intentos fallidos de impedir que los ganadores de los comicios asumieran la presidencia.