En una entrevista concedida al programa Orden y Poder de LV4 Radio San Rafael, la vicegobernadora de Mendoza, Hebe Casado, lanzó durísimas declaraciones contra las autoridades y la gestión hídrica de la provincia de La Pampa, en el marco del histórico conflicto por el río Atuel. Sus palabras marcan un nuevo capítulo de tensión en una disputa que lleva décadas y que ha escalado en el terreno político y mediático.
Casado comenzó refiriéndose a los carteles que, según relató, pueden verse al cruzar General Alvear hacia territorio pampeano, con leyendas como “Mendoza nos robó el Atuel”. Frente a estas acusaciones, no dudó en responder: “Son unos caraduras… desconocen hidrología, desconocen el cambio climático y son unos delincuentes porque cuando se les dio la plata se la farrearon y no hicieron ninguna obra para mejorar la llegada del agua a su provincia”.
La vicegobernadora sostuvo que La Pampa no tiene planificación hídrica y que el agua reclamada se destinaría solo a “regar cuatro tamarindos”, sin un plan productivo serio. También recordó que, en 2023, cuando hubo mayor caudal, las autoridades pampeanas culparon a Mendoza por supuestas inundaciones en su territorio: “El año pasado que hubo más agua también nos echaron la culpa de que les habíamos mandado de más… son unos papeloneros”.
Para Casado, la confrontación responde a un cálculo político de los gobiernos pampeanos: “Si lo quieren usar como rédito político que lo usen… así lavan las manos de su poca gestión y de su inutilidad. Eso es problema de La Pampa, no nuestro”.
En contraste, Casado reivindicó la política hídrica de Mendoza, señalando que la provincia ha invertido en impermeabilización de canales, construcción de reservorios y acueductos, con el objetivo de sostener la producción agrícola incluso en un contexto de crisis por la disminución de nevadas. “Queremos que todas nuestras zonas productivas se sigan regando… por eso los acueductos, los reservorios y las impermeabilizaciones que venimos haciendo en estos últimos años”.
Las declaraciones de Casado se inscriben en una larga disputa entre ambas provincias por el uso de las aguas del Atuel. En 2020, la Corte Suprema de Justicia ordenó garantizar un caudal mínimo de 3,2 m³/s hacia La Pampa, fallo que la provincia vecina acusa a Mendoza de no cumplir. Desde el lado mendocino, se sostiene que las condiciones climáticas y la disponibilidad del recurso hacen imposible mantener ese flujo constante sin afectar su propia producción.