
Javier Santos Ortega, además de contrabandista, considerado un testigo clave en el juicio conocido como Bentogate, fue hallado muerto en su casa de Guaymallén en las últimas horas. Según las primeras informaciones, se habría quitado la vida cuando Gendarmería se disponía a detenerlo.
Santos Ortega había sido condenado recientemente a cinco años y ocho meses de prisión en un juicio abreviado por integrar una asociación ilícita dedicada al contrabando. Su nombre también quedó involucrado en la causa por presunto pago de coimas al exjuez federal Walter Bento y a una treintena de procesados.
La declaración que prestó en 2021 fue decisiva para la acusación que el fiscal Dante Vega formuló contra el destituido magistrado. En esa oportunidad aseguró haber entregado 722 mil dólares en efectivo e inmuebles a la organización vinculada a Bento para obtener su libertad y la de su sobrino, Juan Carlos Molina, detenidos en 2019 por un cargamento de mercadería ilegal valuado en unos 200 millones de pesos.
El testimonio de Santos Ortega fue ratificado durante la audiencia del 24 de noviembre de 2024 en el juicio oral, cuando reiteró que había pagado coimas a través de distintos intermediarios. Esa fue su única intervención en el proceso, que actualmente se encuentra en la etapa de alegatos.
Si bien su fallecimiento causó sorpresa en la Justicia Federal de Mendoza, no afectará la continuidad del debate oral. La Fiscalía señaló que los aportes de Santos Ortega ya forman parte del expediente junto con otras pruebas, por lo que la responsabilidad de los acusados en el denominado Caso 3 seguirá en análisis.