Miguel Ángel Russo, director técnico de Boca Juniors, falleció este miércoles a los 69 años en su domicilio de la Capital Federal, rodeado de familiares y seres queridos, según confirmaron sus allegados. El entrenador venía atravesando un delicado estado de salud por el avance de un cáncer que le fue diagnosticado en 2017, cuando dirigía a Millonarios en Colombia.
A lo largo de estos años, Russo se sometió a diversos tratamientos y dos operaciones, pero continuó vinculado al fútbol, manteniéndose activo en su rol como técnico. Sin embargo, desde principios de septiembre su salud se complicó, con varias internaciones que afectaron su capacidad para dirigir. Primero fue ingresado al Hospital Fleni por un cuadro de deshidratación y luego trasladado al Instituto Fleming debido a una infección urinaria y malestar general, lo que lo mantuvo alejado de los últimos partidos del Xeneize bajo licencia médica.
Su última aparición pública se registró el 23 de septiembre durante una práctica del plantel en Boca Predio, donde fue fotografiado sonriente junto al presidente e ídolo Juan Román Riquelme.
Como entrenador, Miguel Ángel Russo dejó una profunda huella en el fútbol argentino, especialmente por su paso por Boca Juniors, donde fue reconocido por su liderazgo y profesionalismo. Su muerte marca el cierre de una trayectoria ejemplar dentro y fuera de la cancha, y provoca un profundo impacto en el mundo del fútbo