Roma, 14 de octubre de 2024
En una esperada reunión que tuvo lugar este lunes en el Vaticano, el papa Francisco recibió a la vicepresidenta argentina, Victoria Villarruel, en una audiencia que duró casi una hora, un tiempo notablemente extenso para este tipo de encuentros. Según fuentes vaticanas, la reunión transcurrió en un “clima muy cordial”, durante el cual ambos discutieron diversos temas relacionados con la situación actual de Argentina.
Villarruel, católica conservadora, cerró así su primera gira oficial por Europa, que también incluyó reuniones en España con el rey Felipe y líderes del partido de ultraderecha Vox. El Papa, de 87 años, mostró un gran interés por los problemas que atraviesa el país, y escuchó atentamente las preocupaciones que la vicepresidenta le planteó.
El encuentro, que se llevó a cabo en la Biblioteca del Palacio Apostólico, estuvo marcado por un intercambio de gestos cordiales y regalos. Villarruel obsequió al Sumo Pontífice una estatua de un caballo con su potrillo y un dulce español. Por su parte, el Papa le entregó un rosario bendecido y otros presentes. Al final de la reunión, el Papa le mostró algunos de sus textos, incluido su mensaje mundial por la paz.
En un video publicado en sus redes sociales, Villarruel expresó su satisfacción por la reunión, y se pudo ver un ambiente de cercanía, reflejado en las palabras humorísticas con las que el Papa la recibió: “Todavía vivo”, bromeó cuando ella le preguntó cómo estaba.
Este encuentro se da en un contexto delicado entre el gobierno de Javier Milei y el Papa, con diferencias en temas como la justicia social. Sin embargo, la audiencia con Villarruel parece haber sido exitosa, en contraste con la tensión que marcó la reciente visita del secretario de Culto, Nahuel Sotelo.
El encuentro también fue significativo porque marca un nuevo acercamiento entre el Papa y miembros del gobierno libertario, tras las duras críticas que Francisco emitió en septiembre respecto a las políticas sociales de Argentina.
La audiencia concluyó con un cálido adiós del Papa, quien le recordó a la vicepresidenta no perder el sentido del humor, a lo que ella respondió con gratitud y pidió: “Rece por mí, Papa Francisco”.