En 2018, con un 50%, el peso fue la moneda que más valor perdió en todo el mundo, seguida de la lira turca. Y, en lo que va del año, la divisa local sigue manteniendo ese récord, a pesar de los esfuerzos del Banco Central por dejar que otro país se lleve esa medalla.
La salida de fondos de los mercados emergentes afectó a todos los países de ese grupo. Sin embargo, Argentina viene saliendo peor parada en los últimos tiempos.
Mientras que en lo que va del año (y especialmente con la suba del dólar del jueves), el peso retrocedió un 11,04%. El cedi, la moneda de Ghana, perdió 10,6% y quedó en segundo lugar.
Pero si se mira el ranking de los mercados emergentes, la «liga» en la que juega la Argentina, la segunda moneda que más se devaluó fue el leu rumano. Sin embargo, perdió menos de la mitad que el peso: 3,96%. Y la lira, que el año pasado había secundado al peso con una caída del 28%, ahora está tercera, con 3,20%.
El retroceso de la Argentina se dio a partir de mediados de febrero, cuando el mal dato de la inflación de enero (2,9%, cuando se preveía una suba del dólar de 2 % mensual) hizo que se volvieran a prender las luces de alerta. Luego, los ruidos internacionales pegaron con más fuerza en el mercado local que en el resto de los emergentes.
También dentro de las monedas latinoamericanas el peso reina en solitario. El real brasileño, pese a que en el último mes se devaluó un 5,5%, en el acumulado del año todavía sigue arriba de 2018. Y el resto de las divisas de la región subieron entre 0,50 y 4% por ciento.