Pese a previas intervenciones municipales, el propietario del atractivo mecánico para niños desoyó las medidas y reabrió la actividad, razón por la que los inspectores renovaron la clausura del lugar.
En esta ocasión, además de la suspensión de una actividad que no cuenta con la seguridad necesaria y por ende no está habilitada, se emplazó al propietario a que retire el «saltarín», con la posibilidad de decomisarlo en los próximos días en caso que el emplazado no acate tal disposición.