Los trabajadores piden mayor seguridad para poder seguir trabajando.
Es muy común ver en las calles mendocinas a cientos de deliverys circulando, en sus motos o bicicletas. Se caracterizan por la mochila roja de gran tamaño que llevan en su espalda y, en la mayoría de los casos, por la rapidez con la que se desplazan. Son independientes, no tienen horarios ni días de trabajo establecidos, por ello, días atrás se manifestaron en contra de ser trabajadores dependientes y estar sindicalizados debido a que eso afectaría su libertad y sus ganancias.
“Nosotros queremos continuar siendo prestadores de servicios, porque de esa manera, somos libres para elegir horarios y somos dueños de definir los días a trabajar”, expresó un cadete en la concentración que realizaron en el Nudo Vial la semana pasada.
La restricción de circulación que impartió el Gobierno nacional, tras la pandemia de Covid en 2020 hizo que estos servicios estuvieran en auge. Actualmente, en la provincia, hay 4.000 trabajadores de Pedidos Ya y desde la compañía aseguraron que es un rubro en pleno crecimiento debido a los pocos requisitos que solicitan para ingresar: ser mayor de 18 años, tener DNI, poseer moto, auto o bicicleta y un teléfono moderno.
Un trabajador puede llegar a ganar 80.000 pesos a la semana, dependiendo los horarios de conexión -es decir, cuando está disponible- y la demanda. El horario nocturno es el más requerido y el sueldo podría llegar a duplicarse.
“Nosotros tenemos un seguro y en caso de enfermedad nos pagan los remedios y los días no trabajados”, explicó Roberto Varela, quien se desempeña como repartidor de esa empresa desde hace dos años.
Asimismo, comentó que dentro de la aplicación hay un soporte que verifica el horario de entrada y salida y, además, computa la cantidad de entregas para pagarles.
A la libertad laboral que le ofrece la compañía, se contrapone la inseguridad y los accidentes viales. En la última semana se registraron situaciones en que los cadetes sufrieron los robos de sus respectivos rodados en Guaymallén y Ciudad. En esos casos, la empresa no responde por ellos y quedan sin poder trabajar.
A esto se le suma el rechazo de sindicalizar la actividad y de trabajar en relación de dependencia, tal como ha sido aplicado en algunas provincias. En Buenos Aires, Omar Plaini, secretario general del Sindicato de Canillitas y senador provincial por La Plata, presentó un proyecto de ley que busca regular las aplicaciones de delivery.
“Sabemos que los gastronómicos y los camioneros están interesados en nuclearnos, pero nosotros no queremos y estamos pensando en crear una asociación civil para protegernos”, explicó Varela.
“Si me ponen como trabajador de dependencia voy a tener que trabajar las horas que ellos estipulen y no voy a poder estudiar”, se quejó un repartidor, quien indicó que él elige los horarios y días que les son más convenientes.
El joven comentó que en ocasiones ha llegado a ganar por mes 250 mil pesos y es más de lo que podría obtener en otro rubro. “Yo soy mi propio jefe, cuando quiero trabajo y cuando no, no”, señaló.
El Sol intentó comunicarse con las oficinas de Pedidos Ya, ubicadas en calle Emilio Civit, pero no obtuvo respuesta.
Cómo es el día a día
Desempleado y buscando un sueldo digno, Matías decidió comprar la mochila y ponerse la campera roja para hacer repartos. En un día laboral hace cinco o seis horas porque debe ir a la facultad a terminar sus estudios.
Distinta es la realidad de Yrwin, que vino de Venezuela y encontró una rápida salida en la plataforma de delivery.
Ambos reconocen que es una profesión insegura por los múltiples riesgos que tienen en la calle, pero es la más rentable en comparación con otros rubros.
