Agustín y Franco no quieren dar la cara. O mejor dicho: no pueden. Los jóvenes se conocieron en Qatar, precisamente en un complejo de departamentos que alquilaron para vivir el Mundial, y se volvieron amigos a partir de una serie de circunstancias que debieron sortear para subsistir en Doha.
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Con el avance de Argentina en la Copa del Mundo, ambos decidieron extender sus estadías y empezaron a ajustar sus gastos para poder cubrir sus necesidades básicas: comer, dormir y comprar las entradas para ir a la cancha.
En el caso de Agustín, que vive en Misiones, su plan inicial era ver únicamente la fase de grupos y retornar a la Argentina el 29 de noviembre. “Se me extendió un poco y me quedo hasta el 20 de diciembre”, dijo, entre risas, a TN.
Franco, de la localidad bonaerense de Chascomús, admitió transitar una situación similar, dado que su objetivo cambió en el medio de la competencia y volverá al país el 28 de diciembre.
“Hay mucho alojamiento, pero nos queda poco dinero. Nos ingeniamos para meternos en habitaciones vacías, que están con los aires prendidos, las camas hechas, toallitas perfumadas”, relató Franco a este medio.
Así como ninguno de ellos desea mostrar su rostro, tampoco quieren mencionar el nombre del complejo (en el que también se hospedan muchos argentinos) para no ser descubiertos y expulsados del lugar.
El método para dormir gratis y no pagar hospedaje
“Estábamos durmiendo entre cuatro, pero gastar 200 o 300 dólares durante los próximos días es un montón. Así que hemos optado por esa opción. Nos quedamos sin estadía, hicimos el check out y nos sacaron. Pero volvimos”, relató Agustín.
Franco agregó: “Dejamos nuestras valijas en otro departamento. Lo que hacemos es dormir en las que están vacías y a la mañana siguiente las desordenamos. Apagamos el aire, dejamos botellas de agua tiradas y nos vamos”.
“Cuando regresamos sabemos si volvió alguien o si nos limpiaron la habitación. Tanteamos. Si vemos que no hay nadie, seguimos durmiendo ahí”, continuó el abogado.
Agustín, que tiene un local comercial y le faltan un par de materias para recibirse de licenciado en Marketing, precisó de acá al final del Mundial cuenta con un presupuesto de 60 dólares por día.
“Encima no tengo entrada para el partido del martes. Estamos comiendo una vez por día, fuerte, pero una vez por día. ¿Qué comemos? Un combo en alguna cadena de comidas rápidas o pollo. Ahorrándonos el hospedaje podemos comer una vez más”, indicó.
Fue justamente Agustín quien observó en la tablet de uno de los trabajadores del complejo cuáles eran los sectores que más departamentos vacíos tenían.
Franco completó: “Empezamos durmiendo de a cuatro, moviéndonos y pasando estos días como pudimos. Lo bueno es que las habitaciones están limpias y dejan las puertas abiertas. Yo estoy en una situación similar a la de Agus, así que lo importante es llegar como sea hasta el último día del Mundial”.
