Intestino irritable e intolerancia al gluten son las patologías más frecuentes. La tendencia de varios famosos de exponer en las redes sociales sus enfermedades se está transformando en un arma de doble filo.
La ansiedad, el estrés, la depresión, los nervios, entre muchos estados emocionales, desencadenan un listado de molestias que afecta cada vez a más personas y que repercute directamente en el funcionamiento del aparato digestivo.
La situación se replica en el mundo entero y Mendoza no está ajena a esa realidad. Molestias como hinchazón, dolor de estómago, constipación o diarrea son frecuentes en las consultas. Aunque los profesionales de la salud aseguraron que hay muchos “autodiagnósticos” por parte de los pacientes basándonos en síntomas que ven en allegados o famosos.
Quiénes consultan y qué consultan
En Mendoza las consultas por problemas digestivos han crecido y mucho, pero sobre todo, se observa que las derivaciones a especialistas son más rápidas, lo que permite un diagnóstico a tiempo.
Según refirieron algunos especialistas locales, las patologías existentes no distinguen sexo, sin embargo, el 80% de las personas que consulta son mujeres.
Las edades oscilan entre los 30 y 40 años, pero en los casos en los que se observa una intolerancia al gluten, uno de los trastornos más frecuentes y que crece día a día, el promedio desciende a jóvenes de entre 20 y 30 años.
A la hora de desglosar los motivos más frecuentes de consultas, la gastroenteróloga Analía Astudillo (matrícul 9830), expresó que existen episodios agudos como: gastritis o reflujo gastroesofágico o casos crónicos como el síndrome de intestino irritable, con todas sus variantes.
En esa línea, el gastroenterólogo Marcelo Ferre (matrícula 6596) sumó que se está observando con mayor frecuencia casos de intolerancia al gluten, una reacción inmunológica que se da por ingerir esta proteína y que genera una inflamación que daña el revestimiento del intestino delgado y produce complicaciones médicas.
Las causales que generan este tipo de patologías que están en alza son muchas y, la mayoría, se asocia al estilo de vida, al estrés, a la ingesta desmedida de fármacos, en la mayoría de los casos, sin prescripción médica, y a una alimentación de mala calidad.
Pero eso no es todo, sino que también son causales de estas enfermedades la falta de un sueño reparador, una rutina de actividad física, las dietas de moda, con ayunos intermitentes sin el seguimiento de un profesional, el sobrepeso, la obesidad, entre otros factores.
“Hay una conexión muy íntima, ineludible entre el cerebro y el intestino, y todo lo que impacte sobre este último tendrá repercusión emocional. El estudio de la microbiota intestinal ha avanzado y hoy es posible evitar problemas importantes como la obesidad, la diabetes o la demencia, simplemente cuidando las bacterias que forman parte de nuestro organismo”, aseguró Ferre.
La exposición, un arma de doble filo
El avance de la tecnología, la sobre información y la necesidad de exponer la vida misma en las redes sociales se ha convertido en un arma de doble filo a la hora de abordar temas médicos.
Un caso reciente fue el de la actriz y modelo Araceli González, quien confesó padecer SIBO, una enfermedad bacteriana que se presenta con bastante frecuencia y que puede confundirse con la celiaquía, el colon irritable o la intolerancia a la lactosa.
“Si bien está bueno exponer y visibilizar que existen este tipo de enfermedades, causados por determinados síntomas, lo importante sería dar cuenta de que también existe un tratamiento determinado y que se realiza de manera individualizada”, dijo Astudillo.
Sin embargo, se generaliza porque la mayoría de estos trastornos tienen un componente orgánico, asociado a uno funcional, con lo cual la generación de los síntomas es multifactorial y es necesario individualizar cada tratamiento.
El SIBO no es una enfermedad nueva, existe desde hace mucho tiempo, hoy está en boga y este aporte de los famosos no suma, ya que en muchos pacientes se observan actitudes paranoicas, según los especialistas.
“Hemos tenido caso de gente que ha venido con un diagnóstico en su cabeza y si uno no sigue esa línea decide automedicarse o buscar otro profesional que le de la respuesta que desea. Se pierde el manejo clínico y la experiencia de cada profesional”, agregó.
En sintonía, Ferre contó que los nutricionistas, incluso, los médicos clínicos, les están advirtiendo que muchos pacientes llegan a los consultorios con tratamientos de enfermedades que, en realidad, no padecen.
“Escuchan en las redes que una persona tiene ciertos síntomas, por lo que posee una enfermedad determinada que requiere X tratamiento y lo asumen como propio, muchas veces, sin consultar a un experto. Eso está pasando y es grave”, sentenció el profesional.