Se trata Lucas Emmanuel Fernández Serione, quien terminó sentenciado este martes a la pena única de 7 años de encierro. El caso ocurrido en el Este provincial había llegado a la Corte nacional. Quedó preso en su casa cuando había dejado la cárcel en enero.
Trabajaba como auxiliar en la Unidad Fiscal de Santa Rosa. Lo detuvieron en enero del 2018, acusado de abusar sexualmente y suministrarles estupefacientes a dos niñas de 12 años en la zona de El Carrizal y terminó en un calabozo. La Procuración lo separó inmediatamente.
A fines de ese año, cuando el caso había generado fuerte repercusión en la provincia, Lucas Emmanuel Fernández Serione (36) fue condenado a 5 años de cárcel por vejar a una de las menores. La Justicia federal también lo halló culpable por poner en alcance de las víctimas cocaína y marihuana y lo sentenció a 3 años y tres meses de encierro luego de modificar el encuadre legal.
La situación procesal de Fernández Serione era complicada porque todos los delitos que le endilgaban se fueron confirmando. Sin embargo, la fiscalía federal, representada por María Marta Poggio (supervisada por María Gloria André), no estuvo de acuerdo con los camaristas federales con respecto al cambio que hicieron en la calificación y la pena que recibió en el segundo debate -había solicitado 6 años de encierro- y presentó un recurso de casación.
El expediente llegó hasta la Corte Suprema por el seguimiento que le dio al caso el fiscal Mario Villar. El máximo tribunal de Justicia le dio la razón y dispuso que Casación recovara la sentencia que había confirmado. Básicamente, exigió que se dicte una pena conforme a la calificación legal de la acusación.
Así las cosas, el Tribunal Oral en lo Criminal Nº1, integrado por los camaristas Alberto Daniel Carelli, Alejandro Waldo Piña y María Paula Marisi, emitió un nuevo fallo este martes, que motivó otra vez la detención del otrora auxiliar fiscal, quien había dejado la cárcel el 26 de enero de este año y ya se encontraba trabajando.
Fuentes judiciales detallaron a El Sol que la audiencia de cesura fue corta y que Fernández Serione fue condenado a 6 años de encierro y a pagar una multa de 187.500 pesos por lo tipificado en el artículo 5, inciso e–entrega de estupefacientes a título gratuito– agravado por lo previsto en el artículo 11, inciso a: “Si los hechos se cometieren en perjuicio de mujeres embarazadas o de personas disminuidas psíquicamente, o sirviéndose de menores de dieciocho años o sin perjuicio de estos”.
La defensa habló y explicó que su cliente ya había pagado cumpliendo varios años en la cárcel. Detalló que Fernández se había reformado y reconocía su error. Además, detallaron fuentes judiciales, dijo que se trataba de niñas abandonadas por el Estado y que “actualmente tienen hijos”, solicitando una pena menor a la que terminó recibiendo.
Luego de escuchar a las partes, el TOF Nº1 unificó con el fallo de 5 años por abuso sexual agravado con acceso carnal en grado de tentativa de la Justicia ordinaria a la pena única de 7 años de cárcel (la fiscalía había pedido 8 años).
Fernández Serione se encontraba en libertad y se dispuso su inmediata detención bajo la modalidad de arresto domiciliario en una vivienda del departamento de San Martín. Las fuentes agregaron que estará en esa situación hasta que el fallo quede firme.
Dramático
Los hechos ocurrieron en la madrugada del 25 de enero del 2018, cuando el ex empleado judicial fue detenido por un policía luego de ser alertado por testigos sobre la situación de dos niñas que estaban en el interior de un auto en El Carrizal, departamento de Rivadavia.
La trama de abusos y consumo de sustancias tóxicas en la que se vieron involucradas las menores tomó fuerza con el paso de las semanas gracias a sus propias declaraciones durante una sesión de Cámara Gesell y el resultado de estudios toxicológicos.
Según los testimonios recopilados, Fernández se acercó a las niñas mientras se encontraban en la plaza Italia de San Martín. Bajo el pretexto de dar un paseo en su automóvil, un Nissan Tiida, las convenció de subirse. No estaba solo, un amigo lo acompañaba en el auto. Todos se dirigieron a un domicilio cercano para adquirir estupefacientes.
Después de obtener lo que buscaban, el grupo se trasladó al departamento de Fernández, donde las menores consumieron cocaína, marihuana, clonazepam y bebidas alcohólicas, se desprende de la causa. Su viaje no terminó ahí: Fernández propuso dirigirse a El Carrizal pero su amigo se bajó. Tampoco tenían más sustancias.
Ante esta situación, Fernández realizó un intercambio con un dealer que conocía, a quien le ofreció un par de zapatillas y un celular a cambio de “tres bolsitas” del polvo blanco.
El trayecto continuó y llegaron a destino a las 18 del día citado. El conductor estacionó sobre una huella de un circuito de cuatriciclos y comenzó a abusar de una de las niñas. Llevó al asiento trasero a la víctima y le dio besos en la boca mientras la otra chica se encontraba en el asiento delantero. También intentó accederla pero no lo consiguió, debido a que fue sorprendido por un policía.
Fernández quedó detenido y, posteriormente, los peritos del Cuerpo Médico Forense confirmaron el consumo de estupefacientes por parte de las niñas. Una de ellas tenía sífilis. Las pruebas revelaron la presencia de cocaína y marihuana en sus organismos, corroborando así las declaraciones que habían dado en ante psicólogos.
